Tu Señor.

Toda mujer que camina con Dios anda en medio de vientos, tormentas y lluvia. Oh, mujer de Dios, tu vida está llena de retos y victorias, sonrisas y lágrimas. Tú eres como dulce salvia mezclada por un boticario. 

Tú eres una cuidadosa combinación de las muchas fragancias de la vida. Tu personalidad es un popurrí de tantas cosas diferentes que no bastarían años de conocerla para revelar todo lo que te hace ser como eres. Tú has sido confeccionada cuidadosamente y cocida a fuego lento, pacientemente agitada por el Señor. Es algo maravilloso con que premeditación Dios te prepara para su destino.

El sabe exactamente el tiempo que esto requerirá. Él sabe a quien enviar a tu vida. Él conoce los acontecimientos que serán necesarios para conducirte al lugar donde tu alcanzes la madurez en Él.

Él es Tu Señor.